Mediodía, Víktor Gómez
Eolas Ediciones, Colección Tercer Gesto, León, 2016
Eolas Ediciones, Colección Tercer Gesto, León, 2016
En el mediodía el sol corona el cielo alcanzando el punto
más alto de su elevación, flota como una córnea que desgrana visiones, hunde su
bisturí en caída cenital, hace del paisaje una membrana de dos hemisferios. La
poesía de Víktor Gómez cumple esa función aérea, sale de sí misma para flotar y
construirse a partir de realidades lingüísticas ajenas: poesía de la escucha, de
la iluminación del discurso invisible.
En su libro titulado A
la escucha, Jean-Luc Nancy señala que “estar a la escucha es estar al mismo
tiempo afuera y adentro, estar abierto desde fuera y desde adentro, y por
consiguiente de uno a otro y de uno en otro”. En ese sentido, Mediodía de Víktor Gómez es un ejercicio
de desprendimiento y de habitabilidad. Su escritura recoge lo que otros, o
mejor dicho, lo que otras han dejado tatuado en el viento. Su decir es un acto
de transvase: de las conversaciones y los diálogos que mantiene con mujeres
nace un signo derramado, una voluntad de estrangular a la palabra y hacerla sufrir hasta que confiese lo que no
puede saber cómo.
Las tres partes que componen Mediodía, a decir: INTERMEZZO,
MADRECITA y LA O-/LAS OLAS ASÍ
¿CÓMO?, tejen múltiples atmósferas que van desde las escenas domésticas y los
misterios cotidianos, al cuestionamiento del poder y el enfrentamiento del
mundo con la palabra. En sus páginas asistimos a flashes que evocan apariciones
femeninas, evocaciones a la fotografía analógica, rotaciones de lugares y hasta el profundo y revelador momento en
que dos contrincantes se saludan previo a un combate de arte marcial en el que no importa demasiado la fuerza sino el
atrevimiento de la ligereza a conducir la energía de dos cuerpos en una
dirección.
La voz de Víktor Gómez alumbra capas sociales e interiores.
Conciencia y fraternidad, inflamación y desvelo, se ponen al servicio de una
denuncia lúcida que nos devuelve el aliento ante las incomprensiones y los abusos
de ciertas esferas jerárquicas, y ahonda hasta descubrirnos que el
peso del mundo se sostiene por la sustancia de lo indecible.
Al adentrarnos en su lectura, los poemas nos van encantando
con su frecuencia y su vibración de voces superpuestas. Oralidad, látigos de
prosa, condensaciones de testimonios, reordenación del decir, en este libro Víktor
nos entrega una poesía solar, una
blancura que absorbe polen (tomando uno de sus versos) y que nos hace
pensar en la polinización del lenguaje en base a lo dicho por otros cuerpos.
En realidad vivo para
dejar un hueco puedo vivir en los
huecos que otros dejaron, nos dice Víktor en un poema, y quizá sea ese
hueco lo que sintamos al acercarnos a la luz de su Mediodía. El hueco que nace de aquello que nos habita: la poesía.
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muchas gracias, Óscar. Qué honor para Mediodía estar en la hospitalidad de tu lectura.
ResponderEliminarUn abrazo grande,
Un placer querido Víktor! Disfruté mucho de su lectura, un abrazo!
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