jueves, 20 de abril de 2017

"Animal: el fuego" de Jorge Coco Serrano



Vista general de las pinturas expuestas



Frente a nosotros laten 6 danzas detenidas, 6 visiones coaguladas. Entre ellas se advierten correspondencias mágicas, diálogos de consonancias, ritmos quiméricos.

Bajo el título de :Animal: el fuego, Jorge Coco Serrano nos descubre una conciencia creadora que encuentra su embrión en el arte parietal primitivo. Sus manos, al tocar paredes ciegas, las descifra, las inventa. Dedos que emulan las ondulaciones del fuego y trastoca el tacto en manada en estampida.

Concebida como “un cuerpo a cuerpo” en el que no existe intermediación entre la obra y las manos que la fermentan, bien cabe reformularnos esa pregunta que Coco Serrano nos vuelve a plantear: ¿Quién pinta a quién?

Sus lienzos son alegorías del hombre y su espíritu cavernoso, calor epidérmico que nos convida trasfondos, texturas, hibridaciones, movimientos tejidos al fondo de la mirada donde las formas desdicen sus límites y las reconvierten en paisajes en trance, en cueva de tránsitos.

Fuego, agua, tierra, viento, empastes atmosféricos, arrugas de luz, tejen esa transparencia que nos une con las ensoñaciones del paleolítico: el asombro. El asombro ante el bisonte que huye y deja su pelaje en las córneas, al asombro de tocar la oscura porosidad de las cavernas y darles sensación de carne. Sus pinturas, como el fuego, crepitan, ondulan, desprenden crujidos, mimetizan sus colores, llamean y nos convidan de su abrasión. Del tachismo al art brut, del expresionismo a la abstracción, estas pinturas son ventanas poéticas que homenajean al sistema artístico que el hombre creó hace 30 mil años.

Para John Berger, “el arte surgió como un potro que se echa andar nada más nacer. La necesidad del arte y el talento para crearlo llegan juntos”.  Atendiendo a estas palabras, el fuego también nació un día de repente. Con su artificio, el fuego crea una realidad más indiscutible que la de los rayos solares: la realidad de la creación.  

Es esa penumbra, ese lenguaje cifrado  lo que hoy nos reúne y alumbra, para volvernos testigos  del combate entre los poderes de la naturaleza y las fuerzas interiores que murmuran bajo la piel.  Paredes cavernosas con las que Coco Serrano nos convierte en cuevas por donde transitan animales y manos que nos pintan desde dentro.

Brindemos por el animal y su fuego.

 Una de las pinturas de la expo de Jorge "Coco" Serrano


Otra pintura de la expo

Pd.- El texto son las palabras que pronuncié con motivo de la inauguración de la exposición que puede visitarse hasta el 30 de abril del 2017 en "La Positiva" (Calle Ave María 27, Lavapiés, Madrid)

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