(Como aperitivo al próximo día de San Valentín, en esta entrega
del blog hago un repaso a uno de los capítulos históricos más entrañables de la
dinastía carolingia y a un hecho que coincide con el 14 de febrero y que
cambiaría la Historia y el destino de las lenguas romances para siempre.)
Tras la muerte de Carlomagno, ocurrida el 28 de enero del año 814, toda
su herencia fue a parar al único sobreviviente de sus hijos, Luis el Piadoso,
llamado así por fortalecer la influencia del clero en la sociedad de la época y
por enaltecer la disciplina interior de la iglesia. Pronto este nuevo heredero
se las ingenió para cambiar el título de rey por el de emperador gracias a la
consagración papal. Ya para entonces contaba con 3 hijos: Lotario, Luis el
Germánico y Pipino. En el año 817, Luis el Piadoso aseguró la supervivencia
imperial al proclamar a su hijo mayor, Lotario, como emperador asociado, y a
sus otros dos hijos como cabezas de dos reinos de la periferia: Luis el
Germánico en Baviera y Pipino en Aquitania.
Luis el Piadoso
Este aparente equilibrio comenzó a alterarse cuando de un segundo
matrimonio nació un cuarto hijo: Carlos el Calvo. Su madre ambiciosa, Judith,
presionó al emperador para hacer un nuevo reparto territorial y asegurar así un
reino para su hijo. Las consecuencias que este nuevo reparto tuvo en el destino
del emperador no se hicieron esperar, ya que sus otros 3 hijos se coligaron en
contra suya, y el partido eclesiástico al que tanto había favorecido lo
abandonó al ver comprometida la unidad del imperio. La reprimenda hacia Luis el
Piadoso no acabaría ahí, pues en el año 832 fue privado de sus poderes y
separado de su mujer y de su hijo a quienes encerraron en conventos. Por si
fuera poco, un año más tarde (en el 833) Luis se vio obligado a hacer una
penitencia pública arrodillado ante las altas esferas y obispos en la iglesia
de San Medardo de Soissons.
Ante esta cadena de infortunios, un rayo de luz cayó por fin sobre el
depuesto emperador, ya que ante tanta humillación sus otros dos hijos, Luis el
Germánico y Pipino de Aquitania, se reconciliaron con él y plantaron cara a las
pretensiones del primogénito Lotario, a quien expulsaron del trono
restableciendo de nuevo los poderes en la figura de su padre. Al verse de nuevo
en el puesto de emperador, Luis el Piadoso concedió a su hijo Carlos el Calvo
un nuevo reino al que se añadió Aquitania tras la muerte de Pipino.
Lotario
En junio del año 840 muere Luis el Piadoso cuando se dirigía contra su
hijo Luis de Baviera (el Germánico) quien se había rebelado tras el último
arreglo en favor de Carlos el Calvo. Ante estas circunstancias, el olvidado y
depuesto Lotario quería recuperar su título imperial, mismo que estaba subordinado
a los otros dos hermanos quienes limaron asperezas y se unieron para hacer
frente a Lotario.
El 25 de junio del año 841 tuvo lugar una batalla decisiva en Fontenay.
Según un cronista, la confrontación fue tan atroz y encarnizada que alcanzó la
cifra de 80, 000 muertos. Finalmente Lotario cayó vencido y huyó hacia Italia.
Después de tanta lucha fratricida y tanto enrevesamiento de posturas,
poderes y alianzas entre los sucesores de Luis el Piadoso, sucedió algo
imprevisto que cambiaría la Historia para siempre: el pronunciamiento y la
redacción del primer documento escrito
en lengua romance del que se tenga
noticia: Les serments de Strasbourg (Los
juramentos de Estrasburgo).
Cuando Luis de Baviera y Carlos el Calvo vencieron a Lotario afianzaron
sus lazos de paz mediante una alianza fechada el 14 de febrero del año 842.
Dicha alianza consistió en los ya
citados juramentos que, como hemos visto, es el texto más antiguo que se conserva
en lengua romance.
Estos juramentos fueron declarados y redactados en protofrancés y en
lengua germánica primitiva (teudisca
lingua) por cada uno de los hermanos en la lengua del otro y posteriormente
pronunciados por sus tropas, de modo que todos pudieran comprenderlo. La
transcripción de estos juramentos fue hecha por Nitardo, otro pariente de
Carlomagno del que no se sabe qué
motivaciones le llevaron a realizar dicha tarea y de cómo fue posible que
dominara la fonética y la ortografía de esas dos lenguas romances primitivas.
Independientemente de que no sepamos a ciencia cierta cómo sucedió este
gran acontecimiento, sí que podemos sentirnos maravillados al imaginar esa
escena en la que la palabra hablada y escrita hizo su aparición para hilvanar
un momento de paz después de tantos años de guerra.
Más allá de las fuentes romanas y la tradición católica que sitúan la
primera festividad del mártir San Valentín el 14 de febrero del año 498 (fecha
fijada por el Papa Gelasio I), me gusta pensar en ese otro 14 de febrero del
842 como una fecha que coincide con el llamado ahora “día del amor y la amistad”,
desde un punto de vista histórico, ceremonial y metafórico. Claro está que nada
tiene que ver ese acontecimiento con la festividad del Santo ni mucho menos con
la famosa y criticada cursilería que
caracteriza los 14 de febrero en nuestra sociedad actual, y es precisamente esa
ausencia de relación y significado lo que le otorga a nuestro acontecimiento
una peculiaridad más curiosa aún. Quizá
sea el hecho de la aparición de la escritura en lengua romance lo que me
seduzca y me lleve a reflexionar en ese día como un acto de paz que se centró
ya no sólo en la oralidad sino en el peso de la palabra escrita.
Desde que hace algunos años descubrí este capítulo histórico quería redactar
un pequeño documento que contuviera el eco de aquellas palabras pronunciadas
por dos ejércitos quizá perplejos de escucharse a sí mismos en una música
hablada. Música que gracias a la misteriosa ocurrencia de Nitardo quedó grabada
como un abrazo simbólico de alianza –más que de amor y de amistad – de aquel
inaugural 14 de febrero.
Documento conservado de Los Juramentos de Estrasburgo
A continuación reproduzco el documento:
*) Texto de los Juramentos de
Estrasburgo, escrito en una lengua germánica de tipo fráncico, pronunciado por
Carlos el Calvo y su ejército:
In Godes minna ind in thes
christianes folches ind unser bedhero gealtnissi, fon thesemo dage frammordes,
so fram so mir Got geuuizci indi mahd furgibit, so haldih tesan minan bruodher,
soso man mit rehtu sinan bruodher scal, in thiu, thaz er mig sosoma duo ; indi
mit Ludheren in nohheiniu thing ne gegango, zhe minan uuillon imo ce scadhen
uuerhen
*) Texto de los Juramentos de
Estrasburgo, escrito en protofrancés, pronunciado por Luis el Germánico y su
ejército:
Pro deo amur et pro christian
poblo et nostro commun salvament, d'ist di in avant, in quant deus savir et
podir me dunat, si salvarai eo cist meon fradre Karlo et in aiudha et in
cadhuna cosa, si cum om per dreit son fradra salvar dist, in o quid il mi
altresi fazet, et ab Ludher nul plaid nunquam prindrai, qui meon vol cist meon
fradre Karle in damno sit
*) Traducción de los Juramentos
de Estrasburgo al español
Por el amor de Dios y por el
pueblo cristiano, y por nuestro bien común, a partir de ahora, mientras Dios me
dé sabiduría y poder, socorreré a este mi hermano Carlos con mi ayuda y
cualquier otra cosa, como se debe socorrer a un hermano, según es justo, a
condición de que él haga lo mismo por mí, y no tendré nunca acuerdo alguno con
Lotario que, por mi voluntad, pueda ser perjudicial para mi hermano Carlos.
Nota: en la traducción al español aparece el nombre de Carlos, simplemente
se cambia este nombre por el de Luis cuando se redacta en la otra lengua.
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